EN EL PROCESO ADMINISTRATIVO LIDERADO POR NUESTRO COMPAÑERO NAVARRETE POR COBROS INDEBIDOS A LOS ALUMNOS (COIMAS) Y POR ACOSO SEXUAL (ESTO YA VENIA DESDE LOS TIEMPOS DE LA PRIMERA DENUNCIA DE NUESTRO COMPAÑERO ONQUE) Y QUE ACABO CON EL ALEJAMIENTO DEL DOCENTE: JUAN HUGO RIVERA ZEBALLOS alias “GATO”; ADEMAS DEL YA FAMOSO HENRY VIOLANCO… PERDON POLANCO, ESTABA TAMBIEN EN ESTE PROCESO OTRO HOMBRECITO QUE EN AQUEL ENTONCES ENSEÑABA EL CURSO DE PROCESAMIENTO DE MINERALES 2 (HOY LE DICEN ANALISIS DE MINERALES) Y QUE RESPONDE AL APODO DE “CARCAMAN”…
Y SABEN PORQUE ESTABA EN ESTA INVESTIGACION?
PORQUE ERA EL PERRO FALDERO DE EL “GATO” Y HACIA LO MISMO QUE EL OTRO, A TAL PUNTO DE VENDER EL MISMO CD BAJADO DE INTERNET PERO A UN PAR DE SOLES MENOS…
HABLANDO DE DANIELITO… QUIERES QUE SAQUEMOS A LA LUZ ESE PROBLEMITA QUE TUVISTE HACE UN PAR DE SEMESTRES EN HIDRO?
COMO ES… TE DESAHUEVAS TU SOLITO O VENTILAMOS TUS PERLITAS?
SALMO 19
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Yahvé, sol de justicia
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
SALMO 19
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Yahvé, sol de justicia
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
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15 Acepta con agrado mis palabras,
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Roca mía, mi redentor.
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2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
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sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
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sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
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sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
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el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
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sin tregua ante ti, Yahvé,
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
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sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
3 el día al día comunica el mensaje,
la noche a la noche le pasa la noticia.
4 Sin hablar y sin palabras,
y sin voz que pueda oírse,
5 por toda la tierra resuena su proclama,
por los confines del orbe sus palabras.
En lo alto, para el sol, plantó una tienda,
6 y él, como esposo que sale de su alcoba,
se recrea, como atleta, corriendo su carrera.
7 Tiene su salida en un extremo del cielo,
y su órbita alcanza al otro extremo,
sin que haya nada que escape a su ardor.
8 La ley de Yahvé es perfecta,
hace revivir;
el dictamen de Yahvé es veraz,
instruye al ingenuo.
9 Los preceptos de Yahvé son rectos,
alegría interior;
el mandato de Yahvé es límpido,
ilumina los ojos.
10 El temor de Yahvé es puro,
estable por siempre;
los juicios del Señor veraces,
justos todos ellos,
11 apetecibles más que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 Por eso tu siervo se empapa en ellos,
guardarlos trae gran ganancia;
13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Guarda a tu siervo también del orgullo,
no sea que me domine;
entonces seré irreprochable,
libre de delito grave.
15 Acepta con agrado mis palabras,
el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahvé,
Roca mía, mi redentor.
SALMO 20 va al principio
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Oración por el rey
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 ¡Yahvé te responda el día de la angustia,
protéjate el nombre del Dios de Jacob!
3 Te envíe socorro desde su santuario,
sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
10 ¡Oh Yahvé, salva al rey,
respóndenos cuando te llamemos!
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Oración por el rey
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 ¡Yahvé te responda el día de la angustia,
protéjate el nombre del Dios de Jacob!
3 Te envíe socorro desde su santuario,
sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
10 ¡Oh Yahvé, salva al rey,
respóndenos cuando te llamemos!
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2 ¡Yahvé te responda el día de la angustia,
protéjate el nombre del Dios de Jacob!
3 Te envíe socorro desde su santuario,
sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
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respóndenos cuando te llamemos!
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4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
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sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
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nosotros seguimos en pie.
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respóndenos cuando te llamemos!
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5 colme todos tus deseos,
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celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
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6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
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dará la salvación a su ungido;
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6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
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¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
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celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
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¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
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5 colme todos tus deseos,
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celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
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le responderá desde su santo cielo
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¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
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le responderá desde su santo cielo
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6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
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¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
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5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
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celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
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con proezas victoriosas de su diestra.
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2 ¡Yahvé te responda el día de la angustia,
protéjate el nombre del Dios de Jacob!
3 Te envíe socorro desde su santuario,
sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
10 ¡Oh Yahvé, salva al rey,
respóndenos cuando te llamemos!
SALMO 21
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Liturgia de coronación
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
SALMO 21
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Liturgia de coronación
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
SALMO 21
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Liturgia de coronación
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
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1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
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2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
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12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
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2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
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12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
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2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
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2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
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12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
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2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
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cantaremos, celebraremos tu poder!
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2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
SALMO 21
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Liturgia de coronación
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
20 Pero tú, Yahvé, no te alejes,
ResponderEliminarcorre en mi ayuda, fuerza mía,
21 libra mi vida de la espada,
mi persona de las garras de los perros;
22 sálvame de las fauces del león,
mi pobre ser de los cuernos del búfalo.
23 Contaré tu fama a mis hermanos,
reunido en asamblea te alabaré:
24 «Los que estáis por Yahvé, alabadlo,
estirpe de Jacob, respetadlo,
temedlo, estirpe de Israel.
25 Que no desprecia ni le da asco
la desgracia del desgraciado;
no le oculta su rostro,
le escucha cuando lo invoca».
26 Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea,
cumpliré mis votos ante sus fieles.
27 Los pobres comerán, hartos quedarán,
los que buscan a Yahvé lo alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!».
28 Se acordarán, volverán a Yahvé
todos los confines de la tierra;
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos.
29 Porque de Yahvé es el reino,
es quien gobierna a los pueblos.
30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
ante él se humillarán los que bajan al polvo.
Y para aquel que ya no viva
31 su descendencia le servirá:
hablará del Señor a la edad 32 venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
«Así actuó el Señor».
20 Pero tú, Yahvé, no te alejes,
ResponderEliminarcorre en mi ayuda, fuerza mía,
21 libra mi vida de la espada,
mi persona de las garras de los perros;
22 sálvame de las fauces del león,
mi pobre ser de los cuernos del búfalo.
23 Contaré tu fama a mis hermanos,
reunido en asamblea te alabaré:
24 «Los que estáis por Yahvé, alabadlo,
estirpe de Jacob, respetadlo,
temedlo, estirpe de Israel.
25 Que no desprecia ni le da asco
la desgracia del desgraciado;
no le oculta su rostro,
le escucha cuando lo invoca».
26 Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea,
cumpliré mis votos ante sus fieles.
27 Los pobres comerán, hartos quedarán,
los que buscan a Yahvé lo alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!».
28 Se acordarán, volverán a Yahvé
todos los confines de la tierra;
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos.
29 Porque de Yahvé es el reino,
es quien gobierna a los pueblos.
30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
ante él se humillarán los que bajan al polvo.
Y para aquel que ya no viva
31 su descendencia le servirá:
hablará del Señor a la edad 32 venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
«Así actuó el Señor».
20 Pero tú, Yahvé, no te alejes,
ResponderEliminarcorre en mi ayuda, fuerza mía,
21 libra mi vida de la espada,
mi persona de las garras de los perros;
22 sálvame de las fauces del león,
mi pobre ser de los cuernos del búfalo.
23 Contaré tu fama a mis hermanos,
reunido en asamblea te alabaré:
24 «Los que estáis por Yahvé, alabadlo,
estirpe de Jacob, respetadlo,
temedlo, estirpe de Israel.
25 Que no desprecia ni le da asco
la desgracia del desgraciado;
no le oculta su rostro,
le escucha cuando lo invoca».
26 Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea,
cumpliré mis votos ante sus fieles.
27 Los pobres comerán, hartos quedarán,
los que buscan a Yahvé lo alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!».
28 Se acordarán, volverán a Yahvé
todos los confines de la tierra;
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos.
29 Porque de Yahvé es el reino,
es quien gobierna a los pueblos.
30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
ante él se humillarán los que bajan al polvo.
Y para aquel que ya no viva
31 su descendencia le servirá:
hablará del Señor a la edad 32 venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
«Así actuó el Señor».
20 Pero tú, Yahvé, no te alejes,
ResponderEliminarcorre en mi ayuda, fuerza mía,
21 libra mi vida de la espada,
mi persona de las garras de los perros;
22 sálvame de las fauces del león,
mi pobre ser de los cuernos del búfalo.
23 Contaré tu fama a mis hermanos,
reunido en asamblea te alabaré:
24 «Los que estáis por Yahvé, alabadlo,
estirpe de Jacob, respetadlo,
temedlo, estirpe de Israel.
25 Que no desprecia ni le da asco
la desgracia del desgraciado;
no le oculta su rostro,
le escucha cuando lo invoca».
26 Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea,
cumpliré mis votos ante sus fieles.
27 Los pobres comerán, hartos quedarán,
los que buscan a Yahvé lo alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!».
28 Se acordarán, volverán a Yahvé
todos los confines de la tierra;
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos.
29 Porque de Yahvé es el reino,
es quien gobierna a los pueblos.
30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
ante él se humillarán los que bajan al polvo.
Y para aquel que ya no viva
31 su descendencia le servirá:
hablará del Señor a la edad 32 venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
«Así actuó el Señor».
20 Pero tú, Yahvé, no te alejes,
ResponderEliminarcorre en mi ayuda, fuerza mía,
21 libra mi vida de la espada,
mi persona de las garras de los perros;
22 sálvame de las fauces del león,
mi pobre ser de los cuernos del búfalo.
23 Contaré tu fama a mis hermanos,
reunido en asamblea te alabaré:
24 «Los que estáis por Yahvé, alabadlo,
estirpe de Jacob, respetadlo,
temedlo, estirpe de Israel.
25 Que no desprecia ni le da asco
la desgracia del desgraciado;
no le oculta su rostro,
le escucha cuando lo invoca».
26 Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea,
cumpliré mis votos ante sus fieles.
27 Los pobres comerán, hartos quedarán,
los que buscan a Yahvé lo alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!».
28 Se acordarán, volverán a Yahvé
todos los confines de la tierra;
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos.
29 Porque de Yahvé es el reino,
es quien gobierna a los pueblos.
30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
ante él se humillarán los que bajan al polvo.
Y para aquel que ya no viva
31 su descendencia le servirá:
hablará del Señor a la edad 32 venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
«Así actuó el Señor».
20 Pero tú, Yahvé, no te alejes,
ResponderEliminarcorre en mi ayuda, fuerza mía,
21 libra mi vida de la espada,
mi persona de las garras de los perros;
22 sálvame de las fauces del león,
mi pobre ser de los cuernos del búfalo.
23 Contaré tu fama a mis hermanos,
reunido en asamblea te alabaré:
24 «Los que estáis por Yahvé, alabadlo,
estirpe de Jacob, respetadlo,
temedlo, estirpe de Israel.
25 Que no desprecia ni le da asco
la desgracia del desgraciado;
no le oculta su rostro,
le escucha cuando lo invoca».
26 Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea,
cumpliré mis votos ante sus fieles.
27 Los pobres comerán, hartos quedarán,
los que buscan a Yahvé lo alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!».
28 Se acordarán, volverán a Yahvé
todos los confines de la tierra;
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos.
29 Porque de Yahvé es el reino,
es quien gobierna a los pueblos.
30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
ante él se humillarán los que bajan al polvo.
Y para aquel que ya no viva
31 su descendencia le servirá:
hablará del Señor a la edad 32 venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
«Así actuó el Señor».
20 Pero tú, Yahvé, no te alejes,
ResponderEliminarcorre en mi ayuda, fuerza mía,
21 libra mi vida de la espada,
mi persona de las garras de los perros;
22 sálvame de las fauces del león,
mi pobre ser de los cuernos del búfalo.
23 Contaré tu fama a mis hermanos,
reunido en asamblea te alabaré:
24 «Los que estáis por Yahvé, alabadlo,
estirpe de Jacob, respetadlo,
temedlo, estirpe de Israel.
25 Que no desprecia ni le da asco
la desgracia del desgraciado;
no le oculta su rostro,
le escucha cuando lo invoca».
26 Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea,
cumpliré mis votos ante sus fieles.
27 Los pobres comerán, hartos quedarán,
los que buscan a Yahvé lo alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!».
28 Se acordarán, volverán a Yahvé
todos los confines de la tierra;
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos.
29 Porque de Yahvé es el reino,
es quien gobierna a los pueblos.
30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
ante él se humillarán los que bajan al polvo.
Y para aquel que ya no viva
31 su descendencia le servirá:
hablará del Señor a la edad 32 venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
«Así actuó el Señor».
SALMO 52
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Juicio del pérfido
1 Del maestro de coro. Poema. De David. 2 Cuando el edomita Doeg vino a avisar a Saúl diciéndole: «David ha entrado en casa de Ajimélec».
3 ¿Por qué te glorías del mal, valiente?
¡Dios es fiel todo el día!
4 Tu lengua, igual que navaja afilada,
urde crímenes, autor de fraudes.
5 El mal al bien prefieres,
la mentira a la justicia; Pausa.
6 te gusta destruir con la palabra,
lengua embustera.
7 Por eso Dios te aplastará,
te destruirá para siempre,
te arrancará de tu tienda,
te extirpará de la tierra de los vivos. Pausa.
8 Los justos lo verán y temerán,
se reirán de él así:
9 «Éste es el hombre que no hizo
de Dios su refugio;
confiaba en su inmensa riqueza,
se jactaba de su crimen».
10 Pero yo, como olivo frondoso
en la Casa de Dios,
en el amor de Dios confío
para siempre jamás.
11 Te alabaré eternamente
por todo lo que has hecho;
esperaré en ti, porque eres bueno
con todos los que te aman.
SALMO 4
ResponderEliminarOración vespertina
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
ResponderEliminarOración vespertina
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
ResponderEliminarOración vespertina
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
ResponderEliminarOración vespertina
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
ResponderEliminarOración vespertina
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
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Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
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Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
ResponderEliminarOración vespertina
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 4
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
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Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
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1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
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1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.
2 Respóndeme cuando te llamo,
Dios testigo de mi inocencia;
tú, que en el apuro me abres salidas,
tenme piedad y escucha mi oración.
3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
Yahvé me escucha cuando le llamo.
5 Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.
SALMO 5 va al principio
Oración de la mañana
1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.
2 Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
3 atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío.
¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
Por la mañana escuchas mi voz,
por la mañana me preparo para ti
y quedo a la espera.
5 No eres un Dios que ame el mal,
ni es tu huésped el malvado;
6 no resiste el arrogante tu presencia,
detestas a todos los malhechores,
7 acabas con los mentirosos;
al asesino y al hipócrita
los aborrece Yahvé.
8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
me atrevo a entrar en tu Casa,
a postrarme ante tu santo Templo,
lleno de respeto hacia ti.
9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
responde así a mis adversarios,
allana tu camino a mi paso.
10 Que no hay firmeza en sus palabras,
por dentro están llenos de malicia;
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua habla con halagos.
11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
haz que fracasen sus planes;
expúlsalos, que están llenos de crímenes,
que se han rebelado contra ti.
12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
gritarán alborozados por siempre;
tú los protegerás, en ti disfrutarán
los que aman tu nombre.
13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
lo rodea como escudo tu favor.
SALMO 11
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Confianza del justo
1 Del maestro de coro. De David.
En Yahvé me cobijo; ¿cómo, pues, me decís:
«Huye, pájaro, a tu monte,
2 que los malvados tensan su arco,
ajustan a la cuerda su saeta,
para disparar en la sombra contra los honrados?
3 Si están en ruinas los cimientos,
¿qué puede hacer el justo?».
4 Yahvé en su santo Templo,
Yahvé en su trono celeste;
sus ojos ven el mundo,
sus pupilas examinan a los hombres.
5 Yahvé examina al justo y al malvado,
odia al que ama la violencia.
6 ¡Lluevan sobre el malvado brasas y azufre,
y un viento abrasador como porción de su copa!
7 Pues Yahvé es justo y ama la justicia,
los rectos contemplarán su rostro.
SALMO 12
(11)
Contra el mundo mentiroso
1 Del maestro de coro. En octava. Salmo. De David.
2 ¡Sálvanos, Yahvé, que escasean los fieles,
que desaparece la lealtad entre los hombres!
3 Falsedades se dicen entre sí,
con labios melosos y doblez de corazón.
4 Acabe Yahvé con los labios melosos,
con la lengua que profiere bravatas,
5 los que dicen: «La lengua es nuestra fuerza,
nuestros labios nos defienden, ¿quién será nuestro amo?».
6 Por la opresión del humilde, por el gemido del pobre,
me voy a levantar, dice Yahvé,
a poner a salvo a quien lo ansía.
7 Las palabras de Yahvé son palabras limpias,
plata pura a ras de tierra, siete veces purgada.
8 Tú, Yahvé, nos guardarás,
nos librarás de esa gente para siempre;
9 los malvados que nos rodean se irán,
colmo de vileza entre los hombres.
SALMO 13
(12)
Clamor confiado
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 ¿Hasta cuándo, Yahvé? ¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
3 ¿Hasta cuándo andaré angustiado,
con el corazón en un puño día y noche?
¿Hasta cuándo me someterá el enemigo?
4 ¡Mira, respóndeme, Yahvé Dios mío!
Da luz a mis ojos, no me duerma en la muerte,
5 no diga mi enemigo: «¡Le he podido!»,
no se alegre mi adversario al verme vacilar.
6 Pues yo confío en tu amor,
en tu salvación goza mi corazón.
¡A Yahvé cantaré por el bien que me ha hecho,
tañeré en honor de Yahvé, el Altísimo!
SALMO 11
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Confianza del justo
1 Del maestro de coro. De David.
En Yahvé me cobijo; ¿cómo, pues, me decís:
«Huye, pájaro, a tu monte,
2 que los malvados tensan su arco,
ajustan a la cuerda su saeta,
para disparar en la sombra contra los honrados?
3 Si están en ruinas los cimientos,
¿qué puede hacer el justo?».
4 Yahvé en su santo Templo,
Yahvé en su trono celeste;
sus ojos ven el mundo,
sus pupilas examinan a los hombres.
5 Yahvé examina al justo y al malvado,
odia al que ama la violencia.
6 ¡Lluevan sobre el malvado brasas y azufre,
y un viento abrasador como porción de su copa!
7 Pues Yahvé es justo y ama la justicia,
los rectos contemplarán su rostro.
SALMO 12
(11)
Contra el mundo mentiroso
1 Del maestro de coro. En octava. Salmo. De David.
2 ¡Sálvanos, Yahvé, que escasean los fieles,
que desaparece la lealtad entre los hombres!
3 Falsedades se dicen entre sí,
con labios melosos y doblez de corazón.
4 Acabe Yahvé con los labios melosos,
con la lengua que profiere bravatas,
5 los que dicen: «La lengua es nuestra fuerza,
nuestros labios nos defienden, ¿quién será nuestro amo?».
6 Por la opresión del humilde, por el gemido del pobre,
me voy a levantar, dice Yahvé,
a poner a salvo a quien lo ansía.
7 Las palabras de Yahvé son palabras limpias,
plata pura a ras de tierra, siete veces purgada.
8 Tú, Yahvé, nos guardarás,
nos librarás de esa gente para siempre;
9 los malvados que nos rodean se irán,
colmo de vileza entre los hombres.
SALMO 13
(12)
Clamor confiado
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 ¿Hasta cuándo, Yahvé? ¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
3 ¿Hasta cuándo andaré angustiado,
con el corazón en un puño día y noche?
¿Hasta cuándo me someterá el enemigo?
4 ¡Mira, respóndeme, Yahvé Dios mío!
Da luz a mis ojos, no me duerma en la muerte,
5 no diga mi enemigo: «¡Le he podido!»,
no se alegre mi adversario al verme vacilar.
6 Pues yo confío en tu amor,
en tu salvación goza mi corazón.
¡A Yahvé cantaré por el bien que me ha hecho,
tañeré en honor de Yahvé, el Altísimo!
SALMO 20 va al principio
ResponderEliminar(19)
Oración por el rey
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 ¡Yahvé te responda el día de la angustia,
protéjate el nombre del Dios de Jacob!
3 Te envíe socorro desde su santuario,
sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
10 ¡Oh Yahvé, salva al rey,
respóndenos cuando te llamemos!
SALMO 21
(20)
Liturgia de coronación
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
SALMO 20 va al principio
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Oración por el rey
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 ¡Yahvé te responda el día de la angustia,
protéjate el nombre del Dios de Jacob!
3 Te envíe socorro desde su santuario,
sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
10 ¡Oh Yahvé, salva al rey,
respóndenos cuando te llamemos!
SALMO 21
(20)
Liturgia de coronación
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
SALMO 20 va al principio
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Oración por el rey
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 ¡Yahvé te responda el día de la angustia,
protéjate el nombre del Dios de Jacob!
3 Te envíe socorro desde su santuario,
sea tu apoyo desde Sión.
4 Tenga en cuenta todas tus ofrendas,
encuentre sabroso tu holocausto;
5 colme todos tus deseos,
cumpla todos tus proyectos.
6 ¡Nosotros aclamaremos tu victoria,
celebraremos alegres el nombre de nuestro Dios!
¡Yahvé responderá a todas tus súplicas!
7 Reconozco ahora que Yahvé
dará la salvación a su ungido;
le responderá desde su santo cielo
con proezas victoriosas de su diestra.
8 Unos con los carros, otros con los caballos,
pero nosotros invocamos a Yahvé, nuestro Dios;
9 ellos se doblegan y caen,
nosotros seguimos en pie.
10 ¡Oh Yahvé, salva al rey,
respóndenos cuando te llamemos!
SALMO 21
(20)
Liturgia de coronación
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Yahvé, el rey celebra tu fuerza,
le colma de alegría tu victoria.
3 Le has concedido el deseo de su corazón,
no has rechazado el anhelo de sus labios.
4 Te adelantaste con buenos augurios,
coronaste su cabeza de oro fino;
5 vida pidió y se la otorgaste,
largo curso de días para siempre.
6 Gran prestigio le da tu victoria,
lo rodeas de honor y majestad;
7 lo conviertes en eterna bendición,
lo llenas de alegría en tu presencia.
8 Porque el rey confía en Yahvé,
por gracia del Altísimo no vacilará.
9 Que tu mano alcance a tus enemigos,
que tu diestra alcance a los que te odian.
10 Conviértelos en horno encendido,
el día que aparezca tu rostro.
Yahvé los tragará en su cólera,
el fuego los devorará.
11 Borrarás de la tierra su fruto,
su semilla de en medio de los hombres.
12 Aunque intenten hacerte daño,
aunque tramen un plan, nada podrán.
13 Que tú les harás retroceder,
asestando tu arco contra ellos.
14 ¡Levántate, Yahvé, lleno de fuerza,
cantaremos, celebraremos tu poder!
LOS METALOCOS DE INGENIERIA METALURGICA
ResponderEliminarESTOS HIJOS DE PUTA JODEN A QUIENES LOS DESAPRUEBAN COMO NO PUDIERON, ARREGLAR ESTOS ENFERMOS EL CURSO DE DISEÑO EMPEZO LA GUERRA CON EL DOCENTE, LUEGO SIGUE CON CORROSION, TECNOLOGIA NO FERROSA, Y PULVIMETALURGIA; ESTOS HUEVONES COMO CHUCHA SIGUEN EN NUESTRA ESCUELA ESTAS SON LAS PERLITAS QUE HAN HECHO ESTA PAGINA COJUDA LLAMADA METALOCO QUE LO UNICO QUE HACE ES JODER, Y JODER A TODOS YA QUE NADIE NOS QUIEREN DAR PRACTICAS Y MENOS NOS QUIEREN LLEVAR DE VIAJE CURRICULAR O VISITA TECNICAS GRACIAS A ESTOS CONCHA SU MADRE, SI NO VIAJAMOS EL JUEVES A LA SOUTHER, ES MEJOR QUE SE CUIDEN PORQUE YA NOS LLEGASTE AL HUECO MARICONAZOS Y EN LA ESCUELA CON SUS CARAS DE COJUDOS LO COMPONEN NO TE PREOCUPES QUE NOSOTROS TE LA ARREGLAMOS MEJOR CUANDO TE SACARON LA MIERDA POR IMBECIL POR QUERER AGARRARTE UN FLACA SI O NO DIEGO CERVANTES, CHIVO DE MIERDA SOLO AGARRALE EL PAJARO AL CAPAC ALARCON QUE ES CHIMBOMBO O SI NO A TU ROBERT FUENTE TORTEROS.
LA ULTIMA ENCIMA JODEN A LOS INGs QUE NOS AYUDAN A LOS QUE ESTAMOS POR SALIR Y ESTUDIAMOS, ESTA SI LES VA HA COSTAR CARO AHORA LLAMEN A SU HOMBRE DERLY PARA LOS CUIDEN Y LOS APAPACHE CABROS, RUEGA QUE VIAJEMOS EL JUEVES SI NO MEJOR CAMBIANTE DE ESCUELA
ASI ES ESTOS HIJOS DE PUTA QUE NO VIENEN A CLASES QUIEREN QUE LES REGALEN LAS NOTAS, Y SI NO LES DAZ SU GUSTO JODEN, MARICONES ESTUDIEN Y DEJEN DE PEDIR FAVORES Y DE ESCRIBIR COJUDES QUE NADIE LES HACE CASO PORQUE SOLO SON UNOS 8 IMBECILES, BURROS, SALUDOS PARA SU PAPI LOZADA. Yyyyyyy HAY QUE PAGAR LOS VOLANTES, A ROBERT NO LE ALCANZO LOS 1800 SOLES DE LOS CACHIMBOS.
DIEGUITO A SI TE LLEVARA TU VIEJO A TRABAJAR A ANTAMINA, YO PRIMERO TE DESCONOZCO.
CAPAC ALARCON QUE SENTISTE CUANDO TE AGARRASTE A LA RUTH, POR LO VISTO TE DEJO SIN CEREBRO.
NUESTRAS JOYAS QUE DESPRESTIGIAN A NUESTRA QUERIDA ESCUELA
por si no lo sabían el limbo significa vivir en el infierno y que le paso…………….. LAS PALABRAS TIENEN PODER POR ESO ANTES DE CANTAR ALGUNA CANCION ANALICE QUE ES LO QUE ESTA CANTANDO POR QUE ESO MISMO ESTARA DECLARANDO PARA SU VIDA ……………………….
ResponderEliminar¿CONOCIAS ESTOS HECHOS?
SEGURO NO SABIAS HASTA AHORA QUE...
¡La muerte es cierta, pero la Biblia habla sobre la muerte intempestiva!
Haga una reflexión personal sobre esto......
Muy interesante, lea hasta el final.....
Escrito en la Biblia (Galatians 6:7):
No se engañe; De Dios no se burla NADIE
en absoluto lo que un hombre ha sembrado, eso debe él recoger.
Aquí estan algunos hombres y mujeres
que se burlaron de Dios:
John Lennon (Cantante):
http://irom.files.wordpress.com/2009/04/johnlennon1.jpg
Algunos años antes, durante su entrevista con una revista americana, él dijo:
'La Cristiandad acabará, desaparecerá.
Yo no tengo que discutir sobre eso.. Yo estoy seguro. Jesús era ok, pero sus asuntos eran demasiado simples. Hoy nosotros somos más famosos que Él' (1966).
Lennon, después de decir que los Beatles eran más famosos que Jesús
Cristo, le dispararon seis veces.
Tancredo Neves (Presidente de Brazil):
File:Tancredo Neves.jpg
Durante la campaña Presidencial, él dijo que si consiguiera 500,000 votos de
su fiesta, ni Dios lo quitaría de la Presidencia.
Efectivamente él consiguió los votos, pero se enfermó un día antes de ser hecho
Presidente, y murió..
Cazuza (el compositor brasileño Bi-sexual, cantante y poeta):
http://nem1e99.files.wordpress.com/2009/04/cazuza.jpg
Durante una muestra en Canecio (Río de Janeiro), mientras fumaba su cigarro, él resopló fuera algún humo en el aire
y dijo: 'Dios esto es para ti.'
Él se murió a la edad de 32 de SIDA de una manera horrible.
http://leonardowagner.files.wordpress.com/2009/11/cazuza-1.jpg
El hombre que construyó el Titánic
ResponderEliminarDespués de la construcción del Titanic, un reportero le preguntó cuan seguro sería.
Con un tono irónico él dijo:
'Ni Dios puede hundirlo'
El resultado: Yo pienso que usted y todos sabemos lo que le pasó al Titánic
Marilyn Monroe (Actriz)
http://www.brooklynmuseum.org/exhibitions/marilyn_monroe/images/marilyn_monroe_sig_335.jpg
Ella fue visitada por Billy Graham durante una presentación de un show.
Él dijo que el Espíritu de Dios le había enviado a predicarle a ella.
Después de oír lo que el Predicador tenía que decir, ella dijo:
'Yo no necesito a su Jesús.'
Una semana después, ella se encontró muerta en su apartamento.
Bon Scott (Cantante)
http://scrapetv.com/News/News%20Pages/Entertainment/images-2/bon-scott-performing.jpg
El ex-vocalista de AC/DC. En una de sus canciones de 1979, cantó:
No me detenga, yo estoy bajando todo el camino, bajando por la carretera al infierno'.
(highway to hell)
"Nobody's gonna slow me down
Like a wheel, gonna spin it
Nobody's gonna mess me round
Hey Satan, payed my dues
Playing in a rocking band
Hey Momma, look at me
I'm on my way to the promised land
I'm on the highway to hell
(Don't stop me)
And I'm going down, all the way down
I'm on the highway to hell"
El 19 de febrero de 1980, Bon Scott se encontró muerto, ahogado por su propio vómito.
Campinas (EN 2005)
En Campinas, Brasil un grupo de amigos, borrachos, fue a recoger una amiga.....
ResponderEliminarLa madre la acompañó al automóvil y estaba tan angustiada sobre
la embriaguez de sus amigos y le dijo a la hija , sosteniendo su mano, ya sentada en el automóvil:
'Mi hija, Vaya Con Dios y permita que Él la Proteja..
Ella respondió: 'Sólo Si Él (Dios) viaja en el maletero, porque aqui dentro ya está Lleno '
Horas despues las noticias vinieron que ellos habían estado envueltos en un fatal accidente, todos habían muerto, el automóvil no podría reconocerse, pero sorprendentemente, el maletero estaba intacto.
La policía dijo que no había ninguna manera de que el maletero podría permanecer intacto.
Dentro del maletero habia una canasta de huevos, para su sorpresa, ninguno estaba roto.
Christine Hewitt (Periodista jamaiquina y animadora) dijo:
La Biblia ( la Palabra de Dios) fue el peor libro escrito en la vida.
En junio del 2006 ella se encontró quemada imposible de ser reconocida en su carro
*******************************************
Muchos de las personas más importantes se han olvidado, que no hay ningún otro nombre al que se dio tanta autoridad como el nombre de Jesús.
Muchos se han muerto, pero sólo Jesús se murió y subió de nuevo, y él está vivo.
'Jesús'
P/D Si fuera un chiste, tu lo habrías enviado a todos. Así que
vas a tener el valor para enviar esto?.
Yo he hecho mi parte, Jesús dijo:
'Si tu te avergüenzas de mí,
Yo también me avergonzaré de ti ante mi padre.'
Señor, yo te amo y te necesito, entra en mi corazón, y bendiceme a mi, mi familia, mi casa, y mis amigos, en el nombre de Jesús. Amén.'
ESTAN CAGADOS NADIE LES DARA CHAMBA SON TAN IDIOTAS QUE NO MIDIERON LAS CONSECUENCIAS, EN CERRO VERDE YA TIENE INFORMACION SOBRE ESTOS TRES IMBECILES, ROBERTO FUENTES RIVAS, DIEGO CERVANTES HURTADO, Y CAPAC ALARCON, Y ASI SE VA HA IR SUMANDO MAS EX ALUMNOS PARA UNIRSE Y NO DEJAR QUE ESTA LACRA DE TRES IMBECILES JODAN UNA LARGA CARRERA Y PRESTIGIO QUE QUIEREN JODER, ASI QUE MEJOR DEDIQUENSE A OTRA COSA
ResponderEliminarQUE SERA DE LA VIDA DE NAVARRETE, EL ZORRITO Y LA MICHELL, TENDRAN CHAMBA O ESTAN MENDIGANDO, TIENEN MUCHO QUE PENSAR ESTOS IDOTAS DE LA PROMO 2006 QUE SON FUENTES RIVAS ROBERTO, DIEGO CERVANTES HURTADO Y CAPAC ALARCON DONDE TRABAJARAN POR HACER HUEVADAS, SE JODIERON, DANIELITO NO LOS MATRICULES SI NO QUIERES MAS PROBLEMAS DE LOS QUE TIENES, JAJJAJAJAJA
ResponderEliminarES CIERTO EL METALOCO ESTA BIEN RESPALDADO NO CUENTEN VICTORIA Y QUIENES SON ESOS, POR LO VISTO TU NO SABES CON QUIEN TE METES CUIDADO, LIMPIEN METALURGIA DE LAS LACRAS DE LA ENSEÑANZA, DESPIERTEN CARAJO Y NO SE DEJEN ESTAFAR EN CONOCIMIENTOS.
ResponderEliminarjajajajajajjaaj me meo de risa como que el metaloco esta bien repsaldado a ti nu tu puta mdre te aapoya metaloco y mejor dicho a uds ya estamos an un nuevo año y no paso nada a sera porque el metaloco es el bolaños y ya no saca nada porque no le combiene
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