lunes, 25 de octubre de 2010

COMUNICADO A NUESTRO DISTINGUIDO PÚBLICO

EN VISTA DE QUE LOS DOCENTES CORRUPTOS DE INGENIERIA METALURGICA DE LA UNSA DE AREQUIPA, ESTAN USANDO TACTICAS PROPIAS DE LAS DICTADURAS Y MAFIAS MÁS GRANDES CONOCIDAS EN EL PERU, ACOSANDO A NUESTROS ASOCIADOS COMO POR EJEMPLO:

1.- HAY UN INFELIZ QUE CUANDO NOS VE EN GRUPO NOS GRITA: HOLA METALOCOS (SALUDOS PARA "EL HOMBRE VELIZ... PERDON FELIZ" Y SUS NENAS DE INDUSTRIAL).

2.- ESTAN ACOSANDO A ALGUNOS DE NUESTROS COMPAÑEROS NO QUERIENDO ENTREGARLES SUS NOTAS SI NO NOS DELATAN.

3.- ESTAN OFRECIENDO ALTAS NOTAS  E INCLUSO DINERO... SI HAN ESCUCHADO BIEN SEÑORES DEL PERU Y BALNEARIOS, ESTOS INFELICES LE HAN PUESTO PRECIO A NUESTRAS CABEZAS Y ESTAN INTENTANDO SOBORNAR A NUESTROS COLEGAS.

PARECE QUE NO SE HAN DADO CUENTA DE QUE ESTAMOS EN TODAS PARTES Y SOMOS NOSOTROS LOS QUE ESTAMOS SIGUIENDO Y "CHUPONEANDO" A SUS SOPLONES.

PERO LO QUE NO SABEN ES QUE PRONTO VAN A HABER SORPRESAS, YA QUE TENEMOS ENTRE NUESTRAS FILAS GENTE PROBA Y SIN RABO DE PAJA Y QUE YA CUENTAN CON EXPERIENCIA EN ESTAS LIDES DE DERROCAR CORRUPTOS POR MAS INFLUYENTES QUE SE CREAN... SALUDOS PARA MI PATA EL "GATO"

ESTAMOS COCINANDO ALGO GRANDE Y VAMOS A CAMBIAR LAS AUTORIDADES Y EL RUMBO DE NUESTRA FACULTAD Y LES VAMOS A CAER ENCIMA CUANDO MENOS SE LO ESPEREN...

PERO POR LO PRONTO POR CUESTIONES DE SEGURIDAD Y YA QUE NUESTROS FIREWALLS ESTAN DETECTANDO INTRUSIONES DE GENTUZA SEGURAMENTE ENVIADA POR ESTOS CORRUPTOS PARA "HACKEAR" NUESTRAS CUENTAS, HEMOS DECIDIDO DEJAR EL PRESENTE BLOG A LA DERIVA Y BAJO SUPERVISION DE CUALQUIERA QUE DESEE POSTEAR DENUNCIAS CONTRA LA CORRUPCION (YA QUE SI NO ES EL CASO, HEMOS DE RECUPERAR LA CUENTA).

PERO ESTE NO ES UN ADIOS, ES UN HASTA LUEGO, PORQUE PRONTO, ANTES DE LO QUE SE IMAGINAN VAMOS A ABRIR OTRO BLOG JUNTO A NUESTRO PRIMO HERMANO: EL JUSTICIERO METALICO; Y NO TENDRAN QUE DARSE LA MOLESTIA DE BUSCARNOS EN GOOGLE O YAHOO, YA QUE PRONTO VAMOS A "VOLANTEAR" NUEVAS DENUNCIAS (Y DENTRO DEL FOLLETO ESTARA LA DIRECCION DE NUESTRO NUEVO BLOG) Y QUE TIPO DE DENUNCIAS?

AQUI VA UN ADELANTO:

1.- VAMOS A CONTAR LA HISTORIA DE OTRO DE LOS QUE QUIEREN QUE EL "CEVICHE" SEA DOCENTE NOMBRADO; UN TAL "JORGITO" QUE DEPREDO EL MICROSCOPIO ELECTRONICO DE BARRIDO (Y LOS LIBROS CONTABLES ASI LO DEMUESTRAN) Y QUE NO SE FUE SINO HASTA QUE LO DEJO TOTALMENTE MALOGRADO; BAJO SU "GESTION" LLEGO UN EQUIPO DE ENSAYOS MECANICOS DE COLOMBIA (Y EXTRAÑAMENTE SE PERDIO EL MANUAL Y EL DIAMANTE, SIN EL CUAL EL EQUIPO ES UN ELEFANTE BLANCO); DE COMO APAÑO A LOS DOS DOCENTES QUE ESTUVIERON EN ESTA EXTRAÑA DESAPARICION (EN AQUEL ENTONCES CONTRATADOS --SI O NO PEDRITO Y CARLITOS--); DE COMO ENGAÑABA Y ESTAFABA A MINEROS ARTESANALES (PIDIENDOLES TONELADAS DE MINERAL QUE ERAN NEGOCIADAS Y NUNCA RENDIA CUENTAS A SUS DUEÑOS) Y OTRAS JOYITAS MAS...

2.- DEL SEÑOR DANIEL SALVADOR SILVA ARCE QUE A PESAR DE HABER UNA ORDEN DEL RECTORADO PROHIBIENDO LAS "DONACIONES", INSISTE EN METERLE LA MANO AL BOLSILLO A LOS ALUMNOS PARA PAGAR SUS BORRACHERAS EN "EL CUBANO" (CANTINA UBICADA EN EL CRUCE DE LA SALLE CON INDEPENDENCIA, PREGUNTEN POR EL, ES CASERITO –ANTES LO HACIA EN LA “CHOCITA” Y ANTES DE ESO EN EL FENECIDO “DUPONT”, AMBOS UBICADOS EN  CALLE PAUCARPATA--); Y DE COMO NEGOCIA CON NICO COLLADO, EL PIPETAS Y JORGITO EL INGRESO DEL "CEVICHE" A LA DOCENCIA (HABLA HENRY, DICEN QUE SIGUES DANDO VUELTAS, NO QUE ESTABAS DE VACACIONES?, POR QUE ERES TERCO Y SIGUES APOYANDO AL CEVICHE?).

3.- DEL FAMOSO ESPECTROFOTOMETRO DE ABSORCION ATOMICA QUE SE COMPRO SOBREVALUADO Y NI SIQUIERA FUNCIONA.

4.- DE LOS FULANOS QUE DEPREDARON LAS INSTALACIONES DE HUNTER (HABLA CHARRO, QUE DICE TU PARA SATANAS...)

5.- DEL FAMOSO HORNO ECOLOGICO DE CHARACATO (HABLA CHOMPIRAS, QUE DICE EL MICROSCOPIO)

6.- DE COMO AUN NO SE JUSTIFICAN LOS ULTIMOS 20 000 (VEINTE MIL SOLES) DE DONACIONES Y YA ESTAN PENSANDO SACARLES MAS DINERO A LOS ALUMNOS... PARA PAGAR BORRACHERAS Y PUTAS SEGURAMENTE DE DANIELITO, FLORENCIO Y COMPAÑIA SEGURAMENTE...

7.- DE LAS FAMOSAS POLLADAS FANTASMA Y REACTIVOS FANTASMAS (HABLA CARCAMAN)

8.- DE LOS DIRIGENTES ESTUDIANTILES QUE SE VENDIERON Y SE SIGUEN VENDIENDO A LA DICTADURA... (YA SABEN QUIENES SON --ACTUALMENTE LOS DELEGADOS DE 4TO AÑO ESTAN EN ESOS TROTES Y LOS TENEMOS EN LA MIRA--)

9.- DE LA DANZA DE CHACALES QUE HAN ESTADO VINIENDO EN LOS ULTIMOS TIEMPOS (LOS VAMOS A NOMBRAR UNO POR UNO CON NOMBRES Y APELLIDOS), EN VISTA DE QUE LOS MISMOS DOCENTES NO QUIEREN RECIBIR EL DINERO EN SUS LINDAS MANITOS PORUQE TIENEN MIEDITO DE QUE LOS HAYAMOS FOTOCOPIADO... BUHHHH

10.- DE LOS LIBRITOS, PIEDRITAS, POLLADITAS, PARRILLADITAS, ADOBITOS, SALCHIPAPAS, “DONACIONES VOLUNTARIAS” Y DEMAS QUE LES OBLIGAN A COMPRAR Y PAGAR A NUESTROS COLEGAS ESTA SARTA DE MIASMAS QUE SE HACEN LLAMAR ASIMISMOS DOCENTES


Y ASI POR EL ESTILO, VAMOS A SEGUIR DENUNCIANDO LA PODREDUMBRE QUE ESTA ARRAIGADA EN NUESTRA QUERIDA ESCUELA Y CUANDO TOMEMOS EL PODER LOS VAMOS A JUBILAR A LA FUERZA Y LOS QUE QUIERAN PASAR A JUBILARSE VOLUNTARIAMENTE... PUEDEN IR HACIENDOLO...


Y LAS PREGUNTAS DE SIEMPRE SON:

* QUE ESPERA EL SEÑOR RECTOR DE LA CASA AGUSTINA
DR. VALDEMAR MEDINA HOYOS
PARA INTERVENIR LA ESCUELA DE ING. METALURGICA Y FORMAR COMISIONES INVESTIGADORAS EN VISTA DE TODAS LAS IRREGULARIDADES ANTES MENCIONADAS? (HABLAMOS DE LAS DONACIONES, COIMAS, VIOLINES Y DEMAS)

* QUE ESPERAN PARA LA EVALUACION DOCENTE QUE TANTO HACE FALTA PARA DE UNA VEZ SEPARAR LA PAJA DEL TRIGO?

* HASTA CUANDO SEÑOR DECANO DE LA FACULTAD DE INGENIERIA DE PROCESOS?



ATTE.
LA GERENCIA

PD: A LAS COLEGAS Y ASOCIADOS QUE RECIBIERON NUESTRO ÚLTIMO EMAIL SE LES RUEGA USAR CON PROPIEDAD ESTE SACRO ESPACIO CREADO CON EL UNICO FIN DE DESENMASCARAR LA CORRUPCION; Y BIENVENIDOS LOS APORTES DE: ARQUITECTURA, ARTES, ING. QUIMICA, MATERIALES Y DEMAS…

139 comentarios:

  1. LOS SALMOS

    SALMO 1

    Los dos caminos.

    1 Feliz quien no sigue consejos de malvados
    ni anda mezclado con pecadores
    ni en grupos de necios toma asiento,
    2 sino que se recrea en la ley de Yahvé,
    susurrando su ley día y noche.
    3 Será como árbol plantado entre acequias,
    da su fruto en sazón, su fronda no se agosta.
    Todo cuanto emprende prospera:
    4 pero no será así con los malvados.
    Serán como tamo impulsado por el viento.
    5 No se sostendrán los malvados en el juicio,
    ni los pecadores en la reunión de los justos.
    6 Pues Yahvé conoce el camino de los justos,
    pero el camino de los malvados se extravía.

    SALMO 2

    El drama mesiánico

    1 ¿Por qué se amotinan las naciones
    y los pueblos conspiran en vano?
    2 Los reyes de la tierra se sublevan,
    los príncipes a una se alían
    en contra de Yahvé y su Ungido:
    3 «Rompamos sus cadenas,
    sacudámonos sus riendas».
    4 El que habita en el cielo se ríe,
    Yahvé se burla de ellos.
    5 Después les habla irritado,
    los espanta lleno de cólera:
    6 «Yo mismo he consagrado a mi rey,
    en Sión, mi monte santo».
    7 Haré público el decreto de Yahvé:
    Él me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
    hoy te he engendrado.
    8 Si me lo pides, te daré en herencia las naciones,
    en propiedad la inmensidad de la tierra;
    9 los machacarás con cetro de hierro,
    los pulverizarás como vasija de barro».
    10 Por eso, reyes, pensadlo bien,
    aprended la lección, gobernantes de la tierra.
    11 Servid a Yahvé con temor,
    12 temblando besad sus pies;
    no sea que se irrite y os perdáis,
    pues su cólera se inflama en un instante.
    ¡Dichoso quien se acoge a él!

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  2. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  3. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  4. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  5. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  6. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  7. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  8. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  9. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  10. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  11. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  12. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  13. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  14. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  15. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  16. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  17. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  18. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  19. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

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    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  20. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  21. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  22. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  23. SALMO 3

    Clamor matinal del justo perseguido
    1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Abasalón.

    2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios,
    cuántos los que se alzan contra mí!
    3 ¡Cuántos los que dicen de mí:
    «que no espere salvación en Dios»! Pausa.
    4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector,
    mi orgullo, el que levanta mi frente.
    5 Invoco a gritos a Yahvé,
    y me responde desde su monte santo. Pausa.
    6 Me acuesto y me duermo,
    me despierto: Yahvé me sostiene.
    7 No temo a esas gentes que a millares
    se apuestan en torno contra mí.
    8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío!
    Tú golpeas el rostro de mi enemigo,
    tú rompes los dientes de los malvados.
    9 En Yahvé está la salvación,
    baje sobre tu pueblo tu bendición. Pausa.

    SALMO 4

    Oración vespertina
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

    2 Respóndeme cuando te llamo,
    Dios testigo de mi inocencia;
    tú, que en el apuro me abres salidas,
    tenme piedad y escucha mi oración.
    3 ¿Hasta dónde, hombres, insultaréis a mi gloria,
    amaréis la vanidad y andaréis tras la mentira? Pausa.
    4 Sabed que Yahvé me distingue con su amor,
    Yahvé me escucha cuando le llamo.
    5 Temblad y no pequéis,
    reflexionad en el lecho y callad. Pausa.
    6 Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.
    7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?».
    ¡Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro!
    Yahvé, 8 me has dado más alegría interior
    que cuando ellos abundan en trigo y en mosto.
    9 En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.

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  24. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

    SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  25. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  26. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  27. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  28. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  29. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  30. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  31. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  32. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  33. SALMO 5 va al principio

    Oración de la mañana
    1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David.

    2 Escucha mi palabra, Yahvé,
    repara en mi plegaria,
    3 atento a mis gritos de auxilio,
    rey mío y Dios mío.
    ¡A ti te suplico, 4 Yahvé!
    Por la mañana escuchas mi voz,
    por la mañana me preparo para ti
    y quedo a la espera.
    5 No eres un Dios que ame el mal,
    ni es tu huésped el malvado;
    6 no resiste el arrogante tu presencia,
    detestas a todos los malhechores,
    7 acabas con los mentirosos;
    al asesino y al hipócrita
    los aborrece Yahvé.
    8 Pero yo, por lo mucho que nos quieres,
    me atrevo a entrar en tu Casa,
    a postrarme ante tu santo Templo,
    lleno de respeto hacia ti.
    9 Guíame, Yahvé, con tu justicia,
    responde así a mis adversarios,
    allana tu camino a mi paso.
    10 Que no hay firmeza en sus palabras,
    por dentro están llenos de malicia;
    sepulcro abierto es su garganta,
    su lengua habla con halagos.
    11 Trátalos, oh Dios, como culpables,
    haz que fracasen sus planes;
    expúlsalos, que están llenos de crímenes,
    que se han rebelado contra ti.
    12 Se alegrarán los que se acogen a ti,
    gritarán alborozados por siempre;
    tú los protegerás, en ti disfrutarán
    los que aman tu nombre.
    13 Tú bendices al inocente, Yahvé,
    lo rodea como escudo tu favor.

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  34. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

    SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  35. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  36. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  37. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  38. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  39. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  40. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  41. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  42. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  43. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  44. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  45. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  46. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  47. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  48. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  49. SALMO 6

    Plegaria en la tribulación
    1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

    2 Yahvé, no me corrijas con tu cólera,
    no me castigues con tu furor.
    3 Piedad, Yahvé, que estoy baldado,
    cura, Yahvé, mis huesos sin fuerza.
    4 Me encuentro del todo abatido.
    Y tú, Yahvé, ¿hasta cuándo?
    5 Vuélvete, Yahvé, restablece mi vida,
    ponme a salvo por tu misericordia.
    6 Que después de morir nadie te recuerda,
    y en el Seol ¿quién te alabará?
    7 Estoy extenuado de gemir,
    baño mi lecho cada noche,
    inundo de lágrimas mi cama;
    8 mis ojos se consumen de rabia.
    La insolencia define a mis opresores,
    9 ¡apartaos de mí, malhechores!
    Que Yahvé ha escuchado mi llanto;
    10 Yahvé ha escuchado mi súplica,
    Yahvé acepta mi oración.
    11 ¡Queden corridos, confusos mis enemigos,
    retrocedan de inmediato, cubiertos de vergüenza!

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  50. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  51. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  52. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  53. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  54. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  55. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  56. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  57. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  58. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  59. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  60. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  61. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  62. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  63. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  64. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  65. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  66. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  67. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  68. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  69. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  70. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  71. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  72. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  73. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  74. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  75. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
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  76. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  77. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  78. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  79. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  80. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  81. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  82. SALMO 7

    Oración del justo perseguido
    1 Lamentación. De David. La que cantó a Yahvé a propósito del benjaminita Cus.

    2 Yahvé, Dios mío, a ti me acojo,
    sálvame de mis perseguidores, líbrame;
    3 que no me destrocen como un león
    y me desgarren sin nadie que me libre.
    4 Yahvé, Dios mío, si algo de eso hice,
    si hay en mis manos injusticia,
    5 si a mi bienhechor con mal he respondido,
    si he perdonado al opresor injusto,
    6 ¡que el enemigo me persiga y me alcance,
    que me estrelle vivo contra el suelo
    y esparza mis entrañas por el polvo! Pausa.
    7 Levántate, Señor, lleno de cólera,
    álzate contra la ira de mis opresores,
    despierta ya, Dios mío,
    tú que el juicio convocas.
    8 Que te rodee una asamblea de naciones,
    y tú desde lo alto la presides.
    9 (Yahvé, juez de los pueblos).
    Júzgame, Señor, según mi justicia,
    conforme a mi integridad.
    10 Que cese la maldad de los malvados,
    afianza al inocente,
    tú que escrutas corazones y entrañas,
    tú, Dios justo.
    11 Mi escudo está en Dios,
    salvador de los que viven rectamente.
    12 Dios es juez justo, tardo a la cólera,
    pero un Dios que castiga cada día.
    *
    13 Si no se convierte el hombre,
    afila su espada,
    tensa y asesta su arco,
    14 le prepara armas letales,
    tizones serán sus flechas.
    15 Vedle en su preñez de iniquidad,
    malicia concibió, fracaso pare.
    16 Cavó una fosa, cavó bien hondo,
    mas cayó en el hoyo que él abrió;
    17 se vuelva contra él su maldad,
    su violencia recaiga en su cabeza.
    18 Doy gracias a Yahvé por su justicia,
    tañeré para el nombre del Altísimo.

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  83. SALMO 8

    Poder del nombre divino
    1 Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David.

    2 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
    Tú que asientas tu majestad sobre los cielos,
    3 por boca de chiquillos, de niños de pecho,
    cimentas un baluarte frente a tus adversarios,
    para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
    la luna y las estrellas que pusiste,
    5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
    el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios lo hiciste,
    coronándolo de gloria y esplendor;
    7 señor lo hiciste de las obras de tus manos,
    todo lo pusiste bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, juntos,
    y hasta las bestias del campo,
    9 las aves del cielo, los peces del mar
    que circulan por las sendas de los mares.
    10 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!

    SALMO 9-10 va al principio

    Dios humilla a los impíos y salva a los humildes
    1 Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David.
    Álef.

    2 Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
    voy a proclamar todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y gozar en ti,
    tañer para tu nombre, Altísimo.

    Bet.

    4 Mis enemigos retroceden,
    flaquean, se desvanecen ante ti,
    5 pues defendiste mi causa y mi juicio,
    sentado en tu sede como justo juez.

    Guímel.

    6 Expulsaste a los paganos, destruiste al malvado,
    borraste su nombre para siempre jamás;
    7 se acabó el enemigo, como ruina perpetua,
    asolaste sus ciudades, se apagó su recuerdo.

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  84. SALMO 8

    Poder del nombre divino
    1 Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David.

    2 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
    Tú que asientas tu majestad sobre los cielos,
    3 por boca de chiquillos, de niños de pecho,
    cimentas un baluarte frente a tus adversarios,
    para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
    la luna y las estrellas que pusiste,
    5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
    el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios lo hiciste,
    coronándolo de gloria y esplendor;
    7 señor lo hiciste de las obras de tus manos,
    todo lo pusiste bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, juntos,
    y hasta las bestias del campo,
    9 las aves del cielo, los peces del mar
    que circulan por las sendas de los mares.
    10 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!

    SALMO 9-10 va al principio

    Dios humilla a los impíos y salva a los humildes
    1 Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David.
    Álef.

    2 Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
    voy a proclamar todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y gozar en ti,
    tañer para tu nombre, Altísimo.

    Bet.

    4 Mis enemigos retroceden,
    flaquean, se desvanecen ante ti,
    5 pues defendiste mi causa y mi juicio,
    sentado en tu sede como justo juez.

    Guímel.

    6 Expulsaste a los paganos, destruiste al malvado,
    borraste su nombre para siempre jamás;
    7 se acabó el enemigo, como ruina perpetua,
    asolaste sus ciudades, se apagó su recuerdo.

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  85. SALMO 8

    Poder del nombre divino
    1 Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David.

    2 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
    Tú que asientas tu majestad sobre los cielos,
    3 por boca de chiquillos, de niños de pecho,
    cimentas un baluarte frente a tus adversarios,
    para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
    la luna y las estrellas que pusiste,
    5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
    el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios lo hiciste,
    coronándolo de gloria y esplendor;
    7 señor lo hiciste de las obras de tus manos,
    todo lo pusiste bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, juntos,
    y hasta las bestias del campo,
    9 las aves del cielo, los peces del mar
    que circulan por las sendas de los mares.
    10 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!

    SALMO 9-10 va al principio

    Dios humilla a los impíos y salva a los humildes
    1 Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David.
    Álef.

    2 Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
    voy a proclamar todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y gozar en ti,
    tañer para tu nombre, Altísimo.

    Bet.

    4 Mis enemigos retroceden,
    flaquean, se desvanecen ante ti,
    5 pues defendiste mi causa y mi juicio,
    sentado en tu sede como justo juez.

    Guímel.

    6 Expulsaste a los paganos, destruiste al malvado,
    borraste su nombre para siempre jamás;
    7 se acabó el enemigo, como ruina perpetua,
    asolaste sus ciudades, se apagó su recuerdo.

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  86. SALMO 8

    Poder del nombre divino
    1 Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David.

    2 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
    Tú que asientas tu majestad sobre los cielos,
    3 por boca de chiquillos, de niños de pecho,
    cimentas un baluarte frente a tus adversarios,
    para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
    la luna y las estrellas que pusiste,
    5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
    el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios lo hiciste,
    coronándolo de gloria y esplendor;
    7 señor lo hiciste de las obras de tus manos,
    todo lo pusiste bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, juntos,
    y hasta las bestias del campo,
    9 las aves del cielo, los peces del mar
    que circulan por las sendas de los mares.
    10 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!

    SALMO 9-10 va al principio

    Dios humilla a los impíos y salva a los humildes
    1 Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David.
    Álef.

    2 Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
    voy a proclamar todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y gozar en ti,
    tañer para tu nombre, Altísimo.

    Bet.

    4 Mis enemigos retroceden,
    flaquean, se desvanecen ante ti,
    5 pues defendiste mi causa y mi juicio,
    sentado en tu sede como justo juez.

    Guímel.

    6 Expulsaste a los paganos, destruiste al malvado,
    borraste su nombre para siempre jamás;
    7 se acabó el enemigo, como ruina perpetua,
    asolaste sus ciudades, se apagó su recuerdo.

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  87. SALMO 8

    Poder del nombre divino
    1 Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David.

    2 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
    Tú que asientas tu majestad sobre los cielos,
    3 por boca de chiquillos, de niños de pecho,
    cimentas un baluarte frente a tus adversarios,
    para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
    la luna y las estrellas que pusiste,
    5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
    el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios lo hiciste,
    coronándolo de gloria y esplendor;
    7 señor lo hiciste de las obras de tus manos,
    todo lo pusiste bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, juntos,
    y hasta las bestias del campo,
    9 las aves del cielo, los peces del mar
    que circulan por las sendas de los mares.
    10 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!

    SALMO 9-10 va al principio

    Dios humilla a los impíos y salva a los humildes
    1 Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David.
    Álef.

    2 Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
    voy a proclamar todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y gozar en ti,
    tañer para tu nombre, Altísimo.

    Bet.

    4 Mis enemigos retroceden,
    flaquean, se desvanecen ante ti,
    5 pues defendiste mi causa y mi juicio,
    sentado en tu sede como justo juez.

    Guímel.

    6 Expulsaste a los paganos, destruiste al malvado,
    borraste su nombre para siempre jamás;
    7 se acabó el enemigo, como ruina perpetua,
    asolaste sus ciudades, se apagó su recuerdo.

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  88. SALMO 8

    Poder del nombre divino
    1 Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David.

    2 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
    Tú que asientas tu majestad sobre los cielos,
    3 por boca de chiquillos, de niños de pecho,
    cimentas un baluarte frente a tus adversarios,
    para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
    la luna y las estrellas que pusiste,
    5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
    el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios lo hiciste,
    coronándolo de gloria y esplendor;
    7 señor lo hiciste de las obras de tus manos,
    todo lo pusiste bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, juntos,
    y hasta las bestias del campo,
    9 las aves del cielo, los peces del mar
    que circulan por las sendas de los mares.
    10 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!

    SALMO 9-10 va al principio

    Dios humilla a los impíos y salva a los humildes
    1 Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David.
    Álef.

    2 Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
    voy a proclamar todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y gozar en ti,
    tañer para tu nombre, Altísimo.

    Bet.

    4 Mis enemigos retroceden,
    flaquean, se desvanecen ante ti,
    5 pues defendiste mi causa y mi juicio,
    sentado en tu sede como justo juez.

    Guímel.

    6 Expulsaste a los paganos, destruiste al malvado,
    borraste su nombre para siempre jamás;
    7 se acabó el enemigo, como ruina perpetua,
    asolaste sus ciudades, se apagó su recuerdo.

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  89. SALMO 8

    Poder del nombre divino
    1 Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David.

    2 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
    Tú que asientas tu majestad sobre los cielos,
    3 por boca de chiquillos, de niños de pecho,
    cimentas un baluarte frente a tus adversarios,
    para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
    la luna y las estrellas que pusiste,
    5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
    el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios lo hiciste,
    coronándolo de gloria y esplendor;
    7 señor lo hiciste de las obras de tus manos,
    todo lo pusiste bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, juntos,
    y hasta las bestias del campo,
    9 las aves del cielo, los peces del mar
    que circulan por las sendas de los mares.
    10 ¡Yahvé, Señor nuestro,
    qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!

    SALMO 9-10 va al principio

    Dios humilla a los impíos y salva a los humildes
    1 Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David.
    Álef.

    2 Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
    voy a proclamar todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y gozar en ti,
    tañer para tu nombre, Altísimo.

    Bet.

    4 Mis enemigos retroceden,
    flaquean, se desvanecen ante ti,
    5 pues defendiste mi causa y mi juicio,
    sentado en tu sede como justo juez.

    Guímel.

    6 Expulsaste a los paganos, destruiste al malvado,
    borraste su nombre para siempre jamás;
    7 se acabó el enemigo, como ruina perpetua,
    asolaste sus ciudades, se apagó su recuerdo.

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  90. He.

    Pero 8 Yahvé se sienta para siempre,
    establece para el juicio su trono;
    9 él juzga al orbe con justicia,
    sentencia a los pueblos con rectitud.

    Vau.

    10 ¡Sea Yahvé baluarte del oprimido,
    baluarte en tiempos de angustia!
    11 Confíen en ti los que conocen tu nombre,
    pues no abandonas a los que te buscan, Yahvé.

    Zain.

    12 Cantad para Yahvé, que habita en Sión,
    publicad entre los pueblos sus hazañas;
    13 pide cuentas del crimen, y se acuerda de ellos,
    no desoye el grito angustiado de los desdichados.

    Jet.

    14 Piedad de mí, Yahvé, mira mi aflicción,
    tú que me recobras de las puertas de la muerte,
    15 para que proclame todas tus proezas
    a las puertas de Sión, gozoso de tu triunfo.

    Tet.

    16 Se hundieron los paganos en la fosa que hicieron,
    en la red que ocultaron quedó su pie prendido.
    17 Yahvé se ha dado a conocer, ha hecho justicia,
    ha enredado al malvado en las obras de sus manos. Sordina.
    Pausa.
    Yod.

    18 ¡Vuelvan los malvados al Seol,
    todos los paganos que de Dios se olvidan!

    Kaf.

    19 No quedará olvidado el pobre para siempre,
    la esperanza de los desdichados nunca se frustrará.
    20 ¡Levántate, Yahvé, no triunfe el hombre,
    sean juzgados los paganos en tu presencia!
    21 Llénalos, Yahvé, de terror,
    sepan los paganos que sólo son hombres. Pausa.

    Lámed. 10

    1 ¿Por qué, Yahvé, te quedas lejos,
    te escondes en las horas de la angustia?
    2 El orgullo del malvado acosa al desdichado,
    queda preso en la trampa que le ha urdido.

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  91. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  92. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  93. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  94. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  95. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  96. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  97. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  98. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  99. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  100. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  101. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  102. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  103. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  104. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  105. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  106. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  107. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  108. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  109. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  110. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  111. (Mem).

    3 Sí, de su ambición se jacta el malvado,
    el codicioso que bendice desprecia a Yahvé;

    (Nun).

    4 el malvado dice altanero:
    «¡No hay Dios!», es todo lo que piensa.
    5 En toda ocasión triunfan sus empresas,
    tus decisiones le traen sin cuidado,
    desprecia a todos sus rivales.
    6 Dice para sí: «Jamás vacilaré»;
    como en desgracia no se ve, 7 maldice.

    (Sámek).
    (Pe).

    Su boca rebosa fraude y doblez,
    oculta su lengua maldad y perfidia;
    8 se aposta al acecho entre las cañas,
    y asesina al inocente a escondidas.

    (Ain).

    Todo ojos, espía al desvalido,
    9 acecha escondido como león en su guarida,
    acecha para atrapar al desdichado,
    atrapa al desdichado atrayéndolo a su red.

    (Sade).

    10 Espía, se agazapa, se encoge,
    el desvalido cae en su poder;
    11 dice para sí: «Dios se ha olvidado,
    oculta su rostro, no ha de ver jamás».

    Qof.

    12 ¡Álzate, Yahvé, extiende tu mano!
    ¡Nunca te olvides de los desdichados!
    13 ¿Por qué desprecia el malvado a Dios,
    diciendo para sí: «No vendrás a indagar»?

    Res.

    14 Has visto la pena y la tristeza,
    las miras y las tomas en tu mano:
    el desvalido en ti se abandona,
    tú eres el auxilio del huérfano.

    Sin.

    15 ¡Quiebra el brazo del malvado,
    persigue su impiedad sin dejar rastro!
    16 ¡Yahvé es rey por siempre, por los siglos;
    han sido barridos los paganos de su tierra!

    Tau.

    17 El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé,
    confortas su corazón, les prestas atención,
    18 para hacer justicia al huérfano, al vejado.
    ¡Cese ya en su terror el hombre salido de la tierra!

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  112. bien hermanos!!!!
    SIGAN ADELANTE !!!
    somos muchos q estan con ustdes, gracias a uds hay muchos ing, q ya no cobran o mejor dicho tienen miedo.
    espero q se larguen de nustra queridad escuela
    D.S.

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  113. LOS METALOCOS DE INGENIERIA METALURGICA
    ESTOS HIJOS DE PUTA JODEN A QUIENES LOS DESAPRUEBAN COMO NO PUDIERON, ARREGLAR ESTOS ENFERMOS EL CURSO DE DISEÑO EMPEZO LA GUERRA CON EL DOCENTE, LUEGO SIGUE CON CORROSION, TECNOLOGIA NO FERROSA, Y PULVIMETALURGIA; ESTOS HUEVONES COMO CHUCHA SIGUEN EN NUESTRA ESCUELA ESTAS SON LAS PERLITAS QUE HAN HECHO ESTA PAGINA COJUDA LLAMADA METALOCO QUE LO UNICO QUE HACE ES JODER, Y JODER A TODOS YA QUE NADIE NOS QUIEREN DAR PRACTICAS Y MENOS NOS QUIEREN LLEVAR DE VIAJE CURRICULAR O VISITA TECNICAS GRACIAS A ESTOS CONCHA SU MADRE, SI NO VIAJAMOS EL JUEVES A LA SOUTHER, ES MEJOR QUE SE CUIDEN PORQUE YA NOS LLEGASTE AL HUECO MARICONAZOS Y EN LA ESCUELA CON SUS CARAS DE COJUDOS LO COMPONEN NO TE PREOCUPES QUE NOSOTROS TE LA ARREGLAMOS MEJOR CUANDO TE SACARON LA MIERDA POR IMBECIL POR QUERER AGARRARTE UN FLACA SI O NO DIEGO CERVANTES, CHIVO DE MIERDA SOLO AGARRALE EL PAJARO AL CAPAC ALARCON QUE ES CHIMBOMBO O SI NO A TU ROBERT FUENTE TORTEROS.
    LA ULTIMA ENCIMA JODEN A LOS INGs QUE NOS AYUDAN A LOS QUE ESTAMOS POR SALIR Y ESTUDIAMOS, ESTA SI LES VA HA COSTAR CARO AHORA LLAMEN A SU HOMBRE DERLY PARA LOS CUIDEN Y LOS APAPACHE CABROS, RUEGA QUE VIAJEMOS EL JUEVES SI NO MEJOR CAMBIANTE DE ESCUELA
    ASI ES ESTOS HIJOS DE PUTA QUE NO VIENEN A CLASES QUIEREN QUE LES REGALEN LAS NOTAS, Y SI NO LES DAZ SU GUSTO JODEN, MARICONES ESTUDIEN Y DEJEN DE PEDIR FAVORES Y DE ESCRIBIR COJUDES QUE NADIE LES HACE CASO PORQUE SOLO SON UNOS 8 IMBECILES, BURROS, SALUDOS PARA SU PAPI LOZADA. Yyyyyyy HAY QUE PAGAR LOS VOLANTES, A ROBERT NO LE ALCANZO LOS 1800 SOLES DE LOS CACHIMBOS.
    DIEGUITO A SI TE LLEVARA TU VIEJO A TRABAJAR A ANTAMINA, YO PRIMERO TE DESCONOZCO.
    CAPAC ALARCON QUE SENTISTE CUANDO TE AGARRASTE A LA RUTH, POR LO VISTO TE DEJO SIN CEREBRO.
    NUESTRAS JOYAS QUE DESPRESTIGIAN A NUESTRA QUERIDA ESCUELA
    CUI:20061486 < CERVANTES/HURTADO, DIEGO > ESC:INGENIERIA METALURGICA
    ALIAS METALOCO (ENFERMO)YUNTA DE DERLY ZAVALA (DELINCUENTE)Y SU AMOR ROBERT FUENTES RIVAS (COIMERO, METALOCO 2) AAAA Y CAPAC ALARCON (PENDEJO QUE SE COME A LA RUTH, PERO ES COJUDO METALOCO 3)
    LIBRETA DE NOTAS DE ESTE HIJO DE PUTA
    DOMICILIO URB. VALENCIA C-28 UMACOLLO

    SIMULACION DE PROCESOS 11
    FUNDICION Y MOLDEO 11
    DISENO DE REACTORES 10
    PROCESO DE CONFORMADO DE METALES 12
    CORROSION Y PROTECCION DE METALES 07
    PULVIMETALURGIA 14

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  114. LOS METALOCOS DE INGENIERIA METALURGICA
    ESTOS HIJOS DE PUTA JODEN A QUIENES LOS DESAPRUEBAN COMO NO PUDIERON, ARREGLAR ESTOS ENFERMOS EL CURSO DE DISEÑO EMPEZO LA GUERRA CON EL DOCENTE, LUEGO SIGUE CON CORROSION, TECNOLOGIA NO FERROSA, Y PULVIMETALURGIA; ESTOS HUEVONES COMO CHUCHA SIGUEN EN NUESTRA ESCUELA ESTAS SON LAS PERLITAS QUE HAN HECHO ESTA PAGINA COJUDA LLAMADA METALOCO QUE LO UNICO QUE HACE ES JODER, Y JODER A TODOS YA QUE NADIE NOS QUIEREN DAR PRACTICAS Y MENOS NOS QUIEREN LLEVAR DE VIAJE CURRICULAR O VISITA TECNICAS GRACIAS A ESTOS CONCHA SU MADRE, SI NO VIAJAMOS EL JUEVES A LA SOUTHER, ES MEJOR QUE SE CUIDEN PORQUE YA NOS LLEGASTE AL HUECO MARICONAZOS Y EN LA ESCUELA CON SUS CARAS DE COJUDOS LO COMPONEN NO TE PREOCUPES QUE NOSOTROS TE LA ARREGLAMOS MEJOR CUANDO TE SACARON LA MIERDA POR IMBECIL POR QUERER AGARRARTE UN FLACA SI O NO DIEGO CERVANTES, CHIVO DE MIERDA SOLO AGARRALE EL PAJARO AL CAPAC ALARCON QUE ES CHIMBOMBO O SI NO A TU ROBERT FUENTE TORTEROS.
    LA ULTIMA ENCIMA JODEN A LOS INGs QUE NOS AYUDAN A LOS QUE ESTAMOS POR SALIR Y ESTUDIAMOS, ESTA SI LES VA HA COSTAR CARO AHORA LLAMEN A SU HOMBRE DERLY PARA LOS CUIDEN Y LOS APAPACHE CABROS, RUEGA QUE VIAJEMOS EL JUEVES SI NO MEJOR CAMBIANTE DE ESCUELA
    ASI ES ESTOS HIJOS DE PUTA QUE NO VIENEN A CLASES QUIEREN QUE LES REGALEN LAS NOTAS, Y SI NO LES DAZ SU GUSTO JODEN, MARICONES ESTUDIEN Y DEJEN DE PEDIR FAVORES Y DE ESCRIBIR COJUDES QUE NADIE LES HACE CASO PORQUE SOLO SON UNOS 8 IMBECILES, BURROS, SALUDOS PARA SU PAPI LOZADA. Yyyyyyy HAY QUE PAGAR LOS VOLANTES, A ROBERT NO LE ALCANZO LOS 1800 SOLES DE LOS CACHIMBOS.
    DIEGUITO A SI TE LLEVARA TU VIEJO A TRABAJAR A ANTAMINA, YO PRIMERO TE DESCONOZCO.
    CAPAC ALARCON QUE SENTISTE CUANDO TE AGARRASTE A LA RUTH, POR LO VISTO TE DEJO SIN CEREBRO.
    NUESTRAS JOYAS QUE DESPRESTIGIAN A NUESTRA QUERIDA ESCUELA
    CUI:20061486 < CERVANTES/HURTADO, DIEGO > ESC:INGENIERIA METALURGICA
    ALIAS METALOCO (ENFERMO)YUNTA DE DERLY ZAVALA (DELINCUENTE)Y SU AMOR ROBERT FUENTES RIVAS (COIMERO, METALOCO 2) AAAA Y CAPAC ALARCON (PENDEJO QUE SE COME A LA RUTH, PERO ES COJUDO METALOCO 3)

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  115. ESCRITO POR EL CEVICHE....
    "LA VENGANZA DEL CEVICHE"

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  116. bravo derly jajaja pero con eso no quitaras de tu historial que estuviste en socabaya

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  117. chacnama narrea
    feo de mierda.
    chinchilico apestoso!!!

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  118. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  119. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  120. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  121. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  122. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  123. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  124. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  125. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  126. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro. 11:1 Del maestro de coro. De David.
    Yo tengo mi refugio en el Señor,
    ¿cómo pueden decirme entonces:
    "Escapa a la montaña como un pájaro,
    11:2 porque los malvados tienden su arco
    y ajustan sus flechas a la cuerda,
    para disparar desde la penumbra
    contra los rectos de corazón?
    11:3 Cuando ceden los cimientos,
    ¿qué puede hacer el justo?"
    11:4 Pero el Señor está en su santo Templo,
    el Señor tiene su trono en el cielo.
    Sus ojos observan el mundo,
    sus pupilas examinan a los hombres:
    11:5 el Señor examina al justo y al culpable,
    y odia al que ama la violencia.
    11:6 Que él haga llover brasas y azufre
    sobre los impíos,
    y les toque en suerte un viento abrasador.
    11:7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
    y los que son rectos verán su rostro.

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  127. cuales salvajes.por q chucha no das la cara asi como das nombres y a lo mejor estan levantando falsos testimonios.. compare te digo una cosa al q aya creado esta pagina q no va legar a ningun lado con hablar de los inges por q a ellos les lega al huevo todo lo q hablam,,, y encima los alumnos lo apoyan a los inges asi como hemos firmado un domumento respaldando al ing. polanco.. asi q compare deja de hacer estupideces y corre a chambear y deja de pajearte te afecta el cerebro,,

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  128. KIEN CHUCHA APOYA A ESE HIJO DE PUTA DEL POLANKOO, ESTOY PREOCUPADO NOSE CUANTO COBRARA ESTE SEMESTRE, DICEN QUE SU CURSO ES EL MAS CARO? BUENO HABLO DE PIRO CLARO, QUE NO DECIA QUE SE IBA HA TOMAR UN AÑO SABATICO? CARAJO QUE CUMPLA SU PALABRA PZ

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  129. por si no lo sabían el limbo significa vivir en el infierno y que le paso…………….. LAS PALABRAS TIENEN PODER POR ESO ANTES DE CANTAR ALGUNA CANCION ANALICE QUE ES LO QUE ESTA CANTANDO POR QUE ESO MISMO ESTARA DECLARANDO PARA SU VIDA ……………………….
    ¿CONOCIAS ESTOS HECHOS?
    SEGURO NO SABIAS HASTA AHORA QUE...
    ¡La muerte es cierta, pero la Biblia habla sobre la muerte intempestiva!
    Haga una reflexión personal sobre esto......
    Muy interesante, lea hasta el final.....
    Escrito en la Biblia (Galatians 6:7):
    No se engañe; De Dios no se burla NADIE
    en absoluto lo que un hombre ha sembrado, eso debe él recoger.
    Aquí estan algunos hombres y mujeres
    que se burlaron de Dios:
    John Lennon (Cantante):
    http://irom.files.wordpress.com/2009/04/johnlennon1.jpg
    Algunos años antes, durante su entrevista con una revista americana, él dijo:
    'La Cristiandad acabará, desaparecerá.
    Yo no tengo que discutir sobre eso.. Yo estoy seguro. Jesús era ok, pero sus asuntos eran demasiado simples. Hoy nosotros somos más famosos que Él' (1966).
    Lennon, después de decir que los Beatles eran más famosos que Jesús
    Cristo, le dispararon seis veces.
    Tancredo Neves (Presidente de Brazil):
    File:Tancredo Neves.jpg
    Durante la campaña Presidencial, él dijo que si consiguiera 500,000 votos de
    su fiesta, ni Dios lo quitaría de la Presidencia.
    Efectivamente él consiguió los votos, pero se enfermó un día antes de ser hecho
    Presidente, y murió..
    Cazuza (el compositor brasileño Bi-sexual, cantante y poeta):
    http://nem1e99.files.wordpress.com/2009/04/cazuza.jpg
    Durante una muestra en Canecio (Río de Janeiro), mientras fumaba su cigarro, él resopló fuera algún humo en el aire
    y dijo: 'Dios esto es para ti.'
    Él se murió a la edad de 32 de SIDA de una manera horrible.
    http://leonardowagner.files.wordpress.com/2009/11/cazuza-1.jpg

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  130. El hombre que construyó el Titánic
    Después de la construcción del Titanic, un reportero le preguntó cuan seguro sería.
    Con un tono irónico él dijo:
    'Ni Dios puede hundirlo'
    El resultado: Yo pienso que usted y todos sabemos lo que le pasó al Titánic
    Marilyn Monroe (Actriz)
    http://www.brooklynmuseum.org/exhibitions/marilyn_monroe/images/marilyn_monroe_sig_335.jpg
    Ella fue visitada por Billy Graham durante una presentación de un show.
    Él dijo que el Espíritu de Dios le había enviado a predicarle a ella.
    Después de oír lo que el Predicador tenía que decir, ella dijo:
    'Yo no necesito a su Jesús.'
    Una semana después, ella se encontró muerta en su apartamento.
    Bon Scott (Cantante)
    http://scrapetv.com/News/News%20Pages/Entertainment/images-2/bon-scott-performing.jpg
    El ex-vocalista de AC/DC. En una de sus canciones de 1979, cantó:
    No me detenga, yo estoy bajando todo el camino, bajando por la carretera al infierno'.
    (highway to hell)
    "Nobody's gonna slow me down
    Like a wheel, gonna spin it
    Nobody's gonna mess me round
    Hey Satan, payed my dues
    Playing in a rocking band
    Hey Momma, look at me
    I'm on my way to the promised land
    I'm on the highway to hell
    (Don't stop me)
    And I'm going down, all the way down
    I'm on the highway to hell"

    El 19 de febrero de 1980, Bon Scott se encontró muerto, ahogado por su propio vómito.
    Campinas (EN 2005)

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  131. En Campinas, Brasil un grupo de amigos, borrachos, fue a recoger una amiga.....
    La madre la acompañó al automóvil y estaba tan angustiada sobre
    la embriaguez de sus amigos y le dijo a la hija , sosteniendo su mano, ya sentada en el automóvil:
    'Mi hija, Vaya Con Dios y permita que Él la Proteja..
    Ella respondió: 'Sólo Si Él (Dios) viaja en el maletero, porque aqui dentro ya está Lleno '
    Horas despues las noticias vinieron que ellos habían estado envueltos en un fatal accidente, todos habían muerto, el automóvil no podría reconocerse, pero sorprendentemente, el maletero estaba intacto.
    La policía dijo que no había ninguna manera de que el maletero podría permanecer intacto.
    Dentro del maletero habia una canasta de huevos, para su sorpresa, ninguno estaba roto.
    Christine Hewitt (Periodista jamaiquina y animadora) dijo:
    La Biblia ( la Palabra de Dios) fue el peor libro escrito en la vida.
    En junio del 2006 ella se encontró quemada imposible de ser reconocida en su carro
    *******************************************
    Muchos de las personas más importantes se han olvidado, que no hay ningún otro nombre al que se dio tanta autoridad como el nombre de Jesús.
    Muchos se han muerto, pero sólo Jesús se murió y subió de nuevo, y él está vivo.
    'Jesús'
    P/D Si fuera un chiste, tu lo habrías enviado a todos. Así que
    vas a tener el valor para enviar esto?.
    Yo he hecho mi parte, Jesús dijo:
    'Si tu te avergüenzas de mí,
    Yo también me avergonzaré de ti ante mi padre.'
    Señor, yo te amo y te necesito, entra en mi corazón, y bendiceme a mi, mi familia, mi casa, y mis amigos, en el nombre de Jesús. Amén.'

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  132. por fin chaparon a esos imbeciles de michi jajajaja ojala que nunca los dejen salir de la u y que sus cvs los manden a todas las mineras pa que nadie les de chamba a esos tarados (roberto, diego, etc.) los tiene idetificados ahora que haran imbexcilezs hijos de perr... jajajajja

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  133. ESTAN CAGADOS NADIE LES DARA CHAMBA SON TAN IDIOTAS QUE NO MIDIERON LAS CONSECUENCIAS, EN CERRO VERDE YA TIENE INFORMACION SOBRE ESTOS TRES IMBECILES, ROBERTO FUENTES RIVAS, DIEGO CERVANTES HURTADO, Y CAPAC ALARCON, Y ASI SE VA HA IR SUMANDO MAS EX ALUMNOS PARA UNIRSE Y NO DEJAR QUE ESTA LACRA DE TRES IMBECILES JODAN UNA LARGA CARRERA Y PRESTIGIO QUE QUIEREN JODER, ASI QUE MEJOR DEDIQUENSE A OTRA COSA

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  134. ESTAN CAGADOS NADIE LES DARA CHAMBA SON TAN IDIOTAS QUE NO MIDIERON LAS CONSECUENCIAS, EN CERRO VERDE YA TIENE INFORMACION SOBRE ESTOS TRES IMBECILES, ROBERTO FUENTES RIVAS, DIEGO CERVANTES HURTADO, Y CAPAC ALARCON, Y ASI SE VA HA IR SUMANDO MAS EX ALUMNOS PARA UNIRSE Y NO DEJAR QUE ESTA LACRA DE TRES IMBECILES JODAN UNA LARGA CARRERA Y PRESTIGIO QUE QUIEREN JODER, ASI QUE MEJOR DEDIQUENSE A OTRA COSA

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  135. ESTAN CAGADOS NADIE LES DARA CHAMBA SON TAN IDIOTAS QUE NO MIDIERON LAS CONSECUENCIAS, EN CERRO VERDE YA TIENE INFORMACION SOBRE ESTOS TRES IMBECILES, ROBERTO FUENTES RIVAS, DIEGO CERVANTES HURTADO, Y CAPAC ALARCON, Y ASI SE VA HA IR SUMANDO MAS EX ALUMNOS PARA UNIRSE Y NO DEJAR QUE ESTA LACRA DE TRES IMBECILES JODAN UNA LARGA CARRERA Y PRESTIGIO QUE QUIEREN JODER, ASI QUE MEJOR DEDIQUENSE A OTRA COSA

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  136. ESTAN CAGADOS NADIE LES DARA CHAMBA SON TAN IDIOTAS QUE NO MIDIERON LAS CONSECUENCIAS, EN CERRO VERDE YA TIENE INFORMACION SOBRE ESTOS TRES IMBECILES, ROBERTO FUENTES RIVAS, DIEGO CERVANTES HURTADO, Y CAPAC ALARCON, Y ASI SE VA HA IR SUMANDO MAS EX ALUMNOS PARA UNIRSE Y NO DEJAR QUE ESTA LACRA DE TRES IMBECILES JODAN UNA LARGA CARRERA Y PRESTIGIO QUE QUIEREN JODER, ASI QUE MEJOR DEDIQUENSE A OTRA COSA

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  137. ESTAN CAGADOS NADIE LES DARA CHAMBA SON TAN IDIOTAS QUE NO MIDIERON LAS CONSECUENCIAS, EN CERRO VERDE YA TIENE INFORMACION SOBRE ESTOS TRES IMBECILES, ROBERTO FUENTES RIVAS, DIEGO CERVANTES HURTADO, Y CAPAC ALARCON, Y ASI SE VA HA IR SUMANDO MAS EX ALUMNOS PARA UNIRSE Y NO DEJAR QUE ESTA LACRA DE TRES IMBECILES JODAN UNA LARGA CARRERA Y PRESTIGIO QUE QUIEREN JODER, ASI QUE MEJOR DEDIQUENSE A OTRA COSA

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  138. NO HABLEN MUCHO QUE LO QUE ESCUPES AHORA TE VA CAER EN LA CARA, DE SER ESOS SRES}}}} YO SI LES DARIA LA OPORTUNIDAD DE LABORAR, ESA ES LA GENTE QUE ME INTERESA PARA PRODUCIR MAS NO ARRASTRADOS Y SERVILES QUE SOLO PIENSAN EN APROBAR SIN TENER NADA EN EL CEREBRO Y QUE SOLO PASAN FRANELA A LOS DOCENTES PESE A QUE LOS ESTAFAN EN CONOCIMIENTOS Y UDS FELICES UDS SI SON UNA SARTA DE VAGOS QUE NO SABEN RECONOCER CUAL ES LO BUENO Y LO MALO
    DESPIERTEN MUCHACHOS NO SE SUMEN A LA LACRAS SERVILES, HAY QUE RECONOCER LO BUENO Y LO MALO Y NO SER ARRASTRADOS.

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  139. si por ejemplo no se asocien con el tio de arriba habla estupideces y en sima se la come doblada

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que opinas de estos salvajes...?